serie: «cotidianas»

Un manto blanco
para mis pasos negros.
Aún dejo huellas.

*

Marcha otoñal:
crujido de hojarasca
bajo mis pies.

*

Prendo la luz
y aparecen tus rizos
cerca de mí.

*

Se arma y desarma
una sombra amarilla
junto a mis pasos.

*

Solo logré
hallar todo el silencio
llegando a casa.

*

Revelación
en un gesto habitual:
abrir una puerta.

*

Te pregunto algo
sin ninguna importancia,
solo por verte.

*

Te aparecés
en el medio del patio,
a carcajadas.

*

Abrir la puerta
del silencio de casa:
hallar la calma.

*

Lejos de casa,
dentro de mi desvelo,
un perro ladra.

*

En cada esquina,
espejos rotos muestran
un hombre triste.

*

Cuidar mi jardín,
aprender del maestro:
vivir los días.

*

Marcha crujiente:
un camino amarillo
bajo mis pies.

*

Una constante:
el poema que escribo
lejos de vos.

*

Mi voz, un rito
encendido en las noches
junto a los grillos.

*

Recuerdo hermoso:
tu orgasmo como un llanto
pleno de risas.

*

Haber perdido
tu voz rola diciendo:
«ay, mijitico».

*

Reunís tu sombra,
sin que se estropee,
del piso mojado.

*

Pongo la mesa
mientras el sol de otoño
tiñe la luz.

*

Abro el cajón,
tomo mi anotador
y te escribo.