ego sum

merece lo que sueñas
(Octavio Paz)

necio y ácrata: sin Dios ni patrón,
estremecido por la injusticia del mundo;
acostumbrado a perder, aunque alguna vez haya ganado;
acostumbrado a partir, cuando ya todos se han marchado;
acostumbrado a dejar pasar los trenes de la vida,
porque cree que es mejor que otros suban...
buscador de versos que conmuevan su espíritu;
solitario, muy solitario: es raro no verlo solo;
amante del silencio y de alguna música,
enamorado de la noche y de la luna;
a veces jovial, casi siempre mustio;
ni más ni menos que cualquiera;
sobrio, sin luces ni estrellas...
capricorniano del día de reyes: ordenadamente obsesivo;
sin vicios -o al menos eso cree;
levanta cualquier bandera, menos la del insensato;
sueña con ser millonario, pero no se afana en conseguirlo,
y sueña con que en el mundo estén de más los millonarios;
barbudo, pelilargo, desaliñado,
viste como le quede cómodo;
sueña con muchas mujeres, pero sólo
con una amanece feliz;
desea conocer Europa, pero antes América Latina,
se cree cosmopolita y nunca ha vivido fuera de su provincia natal;
se sabe ciudadano de su tiempo y se afana por vislumbrarlo;
profundamente nostálgico: añora -sobre todo- personas y momentos de su infancia;
detesta algunos conceptos: culpa, prohibición, obediencia...
gustoso de la lluvia y de la brisa fresca;
hilvanador de pequeños versos que no buscan trascender;
casi resignado a no hallar su amigo del alma;
se enfurece cuando las cosas no funcionan,
evita el vicio de querer tener siempre la razón;
encuentra evocaciones donde quizo hallar omisiones,
encuentra olvidos donde debió hallar memorias...
lacónico: los silencios lo desbordan;
ignora qué tristeza lo va venciendo;
se cuida de no repetir historias,
se cuida de ser consecuente consigo mismo, y con eso le basta;
se turba cuando las cosas no resultan como las piensa...
no busca que todos aprendan ni recuerden su nombre:
no llama ni espera ser llamado,
a veces llora, y se siente niño;
gusta de los números y sus problemas,
gusta de los problemas del hombre de su tiempo;
tímido hasta la médula:
por h o por b, aún se pone colorado;
precavido en exceso
a veces piensa que debió decir lo que no dijo
y a veces piensa que hizo bien en no decirlo;
a veces cree que estuvo bien al hacer lo que hizo
y a veces cree que no debió hacer nada...
quizo ser muchos hombres: tal vez algún griego, algún ciego o algún matemático;
sabe que nunca será un revolucionario...
quisiera ya haber leído todos los libros de su biblioteca.