como cada vez

demasiadas tristezas
para una sola tarde
—me digo—
haberte perdido
y no haberte hallado
en el rescoldo del sol que muere
ni en la última página del libro leído
ni en el sorbo de pensamiento
que me queda
mientras cruzo la calle
que me lleva a casa
como cada vez
sin vos
sin tu sombra
sin ese suspiro con el extrañas
a este hombre que te quiere