dos lunas rojas

Ya me voy a dormir.
No sé. Vos ya no me escribís.
Y yo sigo viendo tus pezones como dos lunas rojas gigantes.
Sé que mañana repetiré en soledad la única ceremonia feliz que me dejaste:
beber café a las 7.30.
No me despiertes. Ya no quiero soñarte.