Por dónde amanecerá la voz
Que dice amor como quien dice hola
En esta maraña de futuro sin porvenir
De días sin sombras, de noches iluminadas;
Recuerdo tu nombre en cada erección
De este pene hambriento de tus cavidades,
Pero tu ausencia es un milagro
Que no sabe de dioses;
Sediento de la sal que brota
Gota a gota por tu cuerpo sudado
Me desayuno de esta presencia que soy
En la inútil sumisión de tu corazón desolado